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LOS DERECHOS POLÍTICOS DE LOS RESIDENTES EXTRANJEROS:
LA CIUDADANÍA INCLUSIVA
III.4) Ciudadanía y diversidad cultural: la gestión
político-jurídica de las diferencias.
Para cerrar el recorrido que estamos realizando por las distintas
dimensiones del proyecto de una ciudadanía inclusiva distintas a la
estrictamente vinculada a la participación política, debemos detenernos
en algunas cuestiones esenciales relacionadas con la integración de la
diversidad cultural en la misma. Un análisis específico en profundidad del
impacto de la diversidad cultural en el concepto de ciudadanía excede con
mucho el objeto de la presente tesis doctoral, por lo que nos limitaremos
a hacer unos sucintos apuntes sin ánimo exhaustivo.
III.4.a) Gestión político-jurídica de la diversidad.
A lo largo de este trabajo hemos puesto de relieve de forma constante
que el reconocimiento de la realidad del multiculturalismo en las
sociedades actuales es uno de los elementos básicos en la construcción
de un nuevo concepto de ciudadanía. Hemos concluido que una de
las principales quiebras de la ciudadanía clásica liberal proviene de
aferrarse a una inexistente y mitificada homogeneidad cultural; de hecho
se destacó en su momento que la propia creación del Estado Moderno
tuvo como base la fusión de Estado, cultura y nación, identificando
“demos” y “etnos” e imponiendo la cultura dominante a las minorías
internas. Igualmente afirmamos que con este punto de partida es
complejo sostener que el Estado liberal se caracteriza por mantener una
neutralidad cultural. Concluimos por tanto que si los conceptos clásicos
de ciudadanía y Estado-nación tuvieron un escaso éxito en la correcta
gestión de diversidad cultural originaria, la endógena, es lícito dudar de
su capacidad de respuesta frente a la diversidad “exógena” generada
por uno de los principales fenómenos vinculados a la globalización: las