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Defensor del Pueblo Andaluz
de estos son derivados desde Salud Mental a los servicios de atención a
las adicciones. Ello es debido a que se considera predominante y previo el
consumo de sustancia sobre la patología dual.
Es éste un aspecto que se refleja en las quejas que llegan a la Institución,
donde observamos un diagnóstico de personalidad antisocial con un consumo alto
de drogas, especialmente de cocaína sola o mezclada; aunque resulta también
frecuente la existencia de un consumo de drogas de síntesis y trastornos de pánico.
En estos casos, siendo importante su problemática, pueden resultar menores en
relación con complicaciones referidas a consumo de drogas con patologías como
depresión, esquizofrenia, etc.
Podríamos entender que estamos situados ante un problema de reciente
aparición donde, desde el punto de vista de la psiquiatría, siempre han encontrado
en su definición el consumo de sustancias en personas con trastornos mentales
como una dependencia sintomática posterior al trastorno psíquico que presentaba
el paciente. De esta forma, los recursos de Salud Mental tenderían a orientarles
hacía los dispositivos de drogodependencias al entender que la dependencia es
un epifenómeno del diagnóstico principal o bien trastorno secundario del mismo.
Desde los dispositivos de drogas, en la mayoría de los casos, se
orientaba la intervención de estos pacientes desde la dependencia de sustancias,
dejando de lado el diagnóstico psiquiátrico. Entendiendo de esta forma el
diagnóstico psiquiátrico como secundario al consumo. Ello les lleva a intervenir
con una metodología en la que se pretende una estabilización en la toxicomanía,
para posteriormente derivarlos a los servicios de Salud Mental.
Sin embargo, si esto ha sido así en el pasado, con los años y una mayor
presencia de estos pacientes en la red de atención, los profesionales han buscado
una mayor cobertura en al clínica que permita el abordaje integral en patología
psiquiátrica menores.
La cuestión es compleja, ya que consiste en estabilizar a los pacientes
dentro del sistema. Mientras que la intervención resulta compleja y el deterioro
que se va produciendo con el paso de los años muy alto.
Se observa, en los pacientes que podríamos caracterizar con este
diagnóstico que presentan una combinación particular de problemas que
requieren de la realización de intervenciones diferentes y adecuadas a los
perfiles y problemas descritos. Las consecuencias más frecuentes del consumo
de drogas en los enfermos mentales están relacionadas con el agravamiento