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Defensor del Menor de Andalucía. Informe Anual 2012
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Ante este panorama y, con independencia de dejar constancia de ello en este
Informe, nuestra Institución está valorando la posibilidad de iniciar una actuación de
oficio para profundizar sobre el asunto y comprobar las razones que han motivado
esta demora en la ejecución de dicho Plan.
Por otro lado, hemos de poner el acento en la escasez de programas de prevención
y detección precoz de los trastornos mentales en la infancia y la adolescencia. Y
es que las actuaciones en el ámbito de la salud mental infanto-juvenil no pueden
quedar limitadas a las tareas asistenciales propiamente dichas, sino que es preciso
conseguir un desarrollo equilibrado de la función preventiva en la que se incluyan
todas las áreas que configuran la vida del niño o adolescente. Nos estamos refiriendo
a la promoción de la salud mental de la madre en el período prenatal y de un
vínculo adecuado después del nacimiento; a la potenciación de factores protectores;
al conocimiento de las señales de alarma de la patología psiquiátrica de cada etapa;
o a la reducción de conductas de riesgo y superación de situaciones de desventaja
social y económica, entre otras.
Por lo que a la prevención se refiere, no podemos olvidarnos de la detección
precoz de la depresión infantil, especialmente en el ámbito de la atención primaria.
Es innegable que las causas de la depresión son múltiples y se pueden combinar de
forma distinta en cada caso clínico. La depresión puede tener su origen en factores
genéticos, biológicos y ambientales.
Y de la población menor de edad existen dos colectivos en los que estos procesos
depresivos pueden llegar a tener mayor calado. Nos referimos a las personas
menores sometidas a medidas de protección y a aquellas otras expuestas a violencia
de género.
En el primer caso, los niños y niñas declarados en situación de desamparo y
sometidos posteriormente a una medida de acogimiento, familiar o residencial,
tienen añadidos otros factores de riesgo que les hacen más vulnerables y propician
la existencia de esta patología, como son la ausencia de refuerzos positivos, abuso o
maltrato, experiencias de rechazo o los trastornos de conducta.
La Dirección General de Infancia y Familias (hoy Dirección General de Personas
Mayores, Infancia y Familias) elaboró, en colaboración con el Observatorio de la
Infancia para Andalucía, en Febrero del 2012, un estudio titulado “Centros de
protección de menores en situación de desamparo que presentan trastornos
de conducta en Andalucía”, donde se analiza el diverso perfil de los menores en
acogimiento residencial, como son los menores con problemas de conducta,
emocionales y de salud mental; menores con conducta violenta; menores infractores
con medidas protectoras; menores extranjeros no acompañados y acompañados
con modelos familiares carenciados; menores provenientes de países en conflicto;