Página 253 - Informe_Anual_2012

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5. CUESTIONES RELEVANTES
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menores sin previsión de reintegración familiar, con problemáticas familiares muy
cronificadas o con intervenciones fallidas; y menores denunciados por sus padres
debido a dificultades en el control de la conducta de sus hijos.
El estudio alude a los trastornos del comportamiento o dificultades de adaptación
social entre otros criterios del menor en el recurso residencial. Sin embargo, se ha
detectado que no siempre se cumplen estos criterios y, a veces, para dar respuesta a la
angustiosa situación de algunas familias se ingresa allí a menores con graves problemas
de salud mental, puesto que no existe en la red sanitaria otro recurso institucional.
Como apuntábamos, el otro colectivo con mayor probabilidad de padecer depresión
son los menores expuestos a violencia de género. En esta Memoria damos cuenta del
resultado del Informe Especial elaborado en 2012 sobre la situación de los menores
expuestos a violencia de género, destacando las consecuencias que pueden sufrir estos
niños no sólo por ser objeto directo del maltrato sino también como víctimas indirectas
en su condición de testigos de la violencia ejercida contra sus madres. Los estudios
inciden en la existencia de síntomas de estrés postraumático, conductas regresivas,
síntomas depresivos, alteraciones del desarrollo afectivo, etc. Ello exige una especial
atención en la detección temprana por parte de los agentes que atienden tanto a las
mujeres víctimas de este tipo de violencia como a los menores, en especial, por lo que
respecta a estos últimos, los profesionales del ámbito educativo.
Por otro lado, una de las reclamaciones más constantes y reiteradas en nuestro
quehacer cotidiano se refiere a la escasez de recursos suficientes de los distintos
sistemas implicados en la atención de la salud mental infanto juvenil. Esta deficiencia
se pone más patente en el caso de las Unidades de Salud Mental Infanto Juvenil
(USMIJ). Son numerosas las quejas que reflejan la sobrecarga de trabajo de las
USMIJ por una deficiente correlación entre su personal y el número de usuarios que
demandan los servicios.
La consecuencia de esta disfunción repercute irremediablemente en la calidad de
la atención prestada al paciente, y tiene su principal reflejo en la imposibilidad de llevar
a efecto las terapias necesarias en cada caso, debiendo recurrir subsidiariamente a
los fármacos.
En efecto, existe la idea que se medica en exceso a la infancia, afirmación que
debe situarse en el contexto de una sociedad excesivamente medicalizada a la hora de
abordar sus males, y que se trata de un fenómeno que transcurre sin grave denuncia
social, quizás en el convencimiento de que este hecho la beneficia, frente al perjuicio
en el que supuestamente incurriría una sociedad insuficientemente medicalizada.
No obstante, la cuestión adquiere una especial relevancia cuando se trata del uso
de excesivo de fármacos de la infancia, teniendo en cuenta que la voluntad que se