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Defensor del Menor de Andalucía. Informe Anual 2012
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con qué evaluar el cumplimiento de los objetivos, así como los plazos previstos para
su cumplimiento, y donde se recojan las estrategias a seguir para abordar los efectos
que la actual crisis económica están teniendo en la vida de muchos niños y niñas
andaluces, muchos de los cuales se han quedado sin hogar al no poder hacer frente
sus familias a los préstamos hipotecarios o a las rentas del alquiler.
También en el Informe Anual del 2010, cuando abordamos la pobreza infantil
en Andalucía, nos sumamos a una de las Recomendaciones del Comité de los
Derechos del Niño que demanda la elaboración de un Plan Nacional para combatir
la pobreza infantil. Y en dicho documento apuntábamos la conveniencia de que este
instrumento, de forma separada o integrado en un nuevo Plan Integral de la Infancia,
supusiese un marco de referencia en el cual se identificasen las acciones prioritarias
para luchar contra la exclusión que sufren las personas menores de edad en situación
de pobreza.
Con el relato de estos antecedentes queremos poner el acento en la necesidad
de que el instrumento o instrumentos que finalmente se elabore, esto es, un Plan
de la Infancia que incluya medidas de lucha contra la pobreza infantil o, en su caso,
un Plan específico contra dicha pobreza, contenga entre sus objetivos la creación o
intensificación de medidas a favor de las familias con hijos menores de edad que
pueden llegar a perder sus viviendas o que ya han sido despojadas de las mismas, y
se encuentre o puedan llegar a encontrarse en situación de riesgo o exclusión social.
5. 2. Salud Mental infantil y juvenil: Una asignatura pendiente, un reto
inaplazable.
5.2.1. Introducción.
Desde hace muchos años las personas que padecen problemas de salud mental,
sobre todo cuando se trata de patologías especialmente graves, han compartido con
otros colectivos desfavorecidos los avatares de la ignorancia, los perjuicios, la falta de
reconocimiento de derechos y recursos y, por tanto, la insolidaridad.
Hace ya casi tres décadas que desde distintos ámbitos se comenzó la búsqueda
de modelos de atención para quienes padecían enfermedades mentales inspirados
en el concepto de ciudadanía y los valores humanos. Pero por desgracia, a pesar de
este loable propósito, lo cierto es que el camino recorrido desde entonces ha sido
tortuoso, lento y sobre todo, incompleto.
Así son muchas las voces -entre las que se encuentra esta Defensoría- que se
cuestionan que una sociedad avanzada como la nuestra siga sin dar solución a una
materia tan importante y necesitada de adecuado tratamiento social y jurídico, como
es la salud mental, y que muchas personas junto con sus familiares deban hacer