Página 390 - Los Derechos Pol2

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restricciones al derecho de libre y circulación y residencia que han
sufrido en los últimos tiempos los ciudadanos rumanos y búlgaros
de etnia gitana principalmente.
2) En el ámbito de la participación política la ciudadanía europea no
ha conseguido entrar en el “corazón” de la soberanía del Estado-
nación: el derecho de sufragio en procesos electorales nacionales y
estatales/autonómicos.
3) No ha conseguido romper completamente con el vínculo
nacionalidad-ciudadanía, ya que para ostentarla sigue siendo
necesaria la condición de nacional de uno de los Estados miembro.
A pesar de lo anterior, consideramos que existen vías para superar estos
retos de la ciudadanía europea a través de propuestas político-jurídicas
perfectamente plausibles, algunas de ellas ya tratadas en el propio seno
de la Unión. En las próximas líneas aludiremos brevemente a ellas.
Respecto al fortalecimiento de las instituciones de la UE vinculadas a
la ciudadanía, consideramos que paradójicamente el actual contexto de
crisis social y económica podría llegar a favorecer el necesario impulso
político para llevar a cabo las modificaciones en el ordenamiento jurídico
de la UE necesarias para ello.
Uno de los principales obstáculos que se suele poner de relieve a la
hora de valorar, por ejemplo, una reforma del Parlamento europeo para
ampliar su peso en el procedimiento normativo y de toma de decisiones
políticas de la Unión y con ello dotar de un mayor carácter democrático a
la misma, es que dicha reforma debería operarse por el complejo proceso
de revisión ordinario previsto en el art. 48.2 TUE, lo que teniendo en
cuenta el fallido “tratado constitucional” y los serios apuros sufridos por
el Tratado de Lisboa, representa un elemento ciertamente disuasorio.
Pero desde que los síntomas de la crisis sistémica vigente comenzaron
a hacerse evidentes en el año 2008, son cada vez más numerosas las
críticas a la inoperancia de las instituciones europeas para una correcta
gobernanza política-económica de la UE en general y de la conocida como
“zona euro” en particular. A modo de alternativa se están consolidando
propuestas para que estas instituciones asuman definitivamente un papel
La extensión de los derechos políticos de la ciudadanía europea a
todos los residentes en la Unión Europea, con independencia de su
nacionalidad.