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LOS DERECHOS POLÍTICOS DE LOS RESIDENTES EXTRANJEROS:
LA CIUDADANÍA INCLUSIVA
De este acercamiento a la realidad de la participación política de los
residentes extranjeros de terceros países en tres de los Estados de la
Unión con mayor “tradición” en su reconocimiento y ejercicio podemos
extraer dos conclusiones iniciales:
1ª) El “peligro del comunitarismo” en el ejercicio de los derechos
políticos no ha tenido una incidencia relevante en ninguno de
los países analizados. El hecho de que la composición de la
población de origen inmigrante de Dinamarca y Suecia, por una
parte, y de Países Bajos por la otra sea bastante diversa por
razones geográficas, históricas y culturales, convierte a esta
situación en especialmente representativa.
2ª) También es común la apreciable diferencia en los porcentajes
de abstención electoral entre los extranjeros con derecho al voto
y los nacionales de estos tres Estados miembro de la UE. Bajo
nuestro punto de vista, esta realidad demuestra que el avance
en el reconocimiento de la dimensión política de los residentes
extranjeros es una condición necesaria pero no suficiente para el
acceso a una verdadera ciudadanía plena. Es imprescindible que el
resto de sus facetas como personas y ciudadanos (familiar, laboral,
cultural...) sean igualmente potenciadas para una integración social
adecuada.