Página 37 - INFORME_SALUD_MENTAL_DPA

Versión de HTML Básico

35
La situación de los enfermos mentales en Andalucía. Abril 2013
2
gran diversidad en cada una de las Comunidades Autónomas, estando aún
pendiente el estudio que evalúe el resultado del mismo, no solo en los aspectos
cuantitativos y cualitativos de los dispositivos sanitarios, sociosanitarios y sociales,
sino también los otros aspectos que inciden en el carácter integral de la atención
(empleo, protección jurídica, etc.). Carecemos de un referente que nos permita
calibrar como “óptimo” el nivel de desarrollo de todos y cada uno de los programas
y recursos, para en función del mismo, valorar el grado de adecuación de la
atención mental a los postulados de la Ley General de Sanidad.
El Informe SESPAS 2002 hace hincapié en las características comunes
que atribuye a la mayoría de las reformas psiquiátricas o “psiquiatría comunitaria”
puestas en marcha en el ámbito occidental, al afirmar que:
“a) La reforma psiquiátrica parte de la obsolescencia del sistema
de salud mental, anclado en modelos del siglo XIX, con los mismos servicios
institucionales de entonces y con inversiones muy por debajo de las necesidades
reales de esta población. Así, el proceso de reforma psiquiátrica no implicó en
realidad la sustitución de unos servicios por otros, sino la creación de unos
servicios comunitarios imprescindibles donde antes no los había. Si este proceso
ha venido acompañado del cierre completo o de la transformación de los hospitales
psiquiátricos es en realidad secundario al hecho nuclear: creación de un sistema
comunitario de salud mental.
b) La reforma se ha caracterizado por un predominio de modelos
teóricos sobre los empíricos, y el proceso ha llevado implícita una fuerte carga
ideológica.
c) El proceso ha carecido de una secuencia lógica de planificación
temporal. Así, se ha procedido al cierre de los servicios residenciales hospitalarios
antes de la implantación plena de una red asistencial comunitaria alternativa.
d) El modelo de reforma se ha centrado, en el ámbito internacional, en
un subgrupo restringido de pacientes –pacientes psicóticos institucionalizados–
que no es representativo de los enfermos mentales ni refleja las necesidades o
las demandas de los enfermos mentales graves (por ejemplo, trastornos graves
de personalidad, trastornos afectivos, retraso mental o drogodependencias).
De hecho, los servicios para el subgrupo de pacientes psicóticos crónicos
desinstitucionalizados no cubren si quiera las necesidades de los nuevos crónicos.
e) El proceso se ha acompañado del trasvase de la responsabilidad
de una parte sustancial de la atención desde el sector sanitario público a otros
sectores sin una dotación adecuada de recursos o un estudio de los costes y de