
El Defensor de la Infancia y Adolescencia de Andalucía en funciones, Jesús Maeztu, ha reclamado hoy un plan de cuidados paliativos en Andalucía que recoja las peculiaridades específicas para la atención de los niños, niñas y adolescentes y que cuente con la participación de todos los agentes implicados: el personal sanitario y educativo, psicólogos y trabajadores sociales, movimiento asociativo, familiares y los propios niños siempre que sea posible.
Ha sido durante la entrega al presidente del Parlamento de Andalucía, Jesús Aguirre, del Informe Anual 2024 de la Defensoría de la Infancia y Adolescencia, que dedica un capítulo a la “Necesidades y desafíos de los cuidados paliativos pediátricos en Andalucía: garantizando derechos”, fruto de una investigación de la Institución, con testimonios y entrevistas a las familias y las administraciones.
En este sentido, ha presentado una batería de propuestas, entre ellas, la equidad entre territorios en la prestación del servicio; más recursos materiales y humanos para garantizar esta atención sociosanitaria durante todo el proceso; formación y apoyo a los distintos profesionales y las familias, con especial atención a la persona que ejerce de cuidador o cuidadora; apuesta por la hospitalización domiciliaria y favorecer la garantía de otros derechos como la educación, siempre que sea posible y, ampliación del horario de atención a estos menores, las 24 horas al día, los 7 días de la semana.
Además de este trabajo, el Defensor de la Infancia ha alertado de las principales problemáticas que fueron objeto de reclamación en 2024 y que afectan a los derechos de las personas menores de edad. En 2024, la Institución ha actuado en 4.792 quejas y consultas, siendo las reclamaciones más numerosas las que afectan a asuntos relacionados con la educación (1.750) y con la infancia en general (1.400), estas últimas abarcan cuestiones de familia, el Sistema de protección o el cumplimiento de medidas de internamiento, entre otras; además de un total de 34 actuaciones de investigación de oficio sobre algún derecho de la infancia.
En concreto, Jesús Maeztu ha alertado de las situaciones de violencia hacia la población menor de edad en Andalucía, “independientemente del número cuantitativo que no es lo relevante en estos casos”, ha dicho el defensor, que ha pedido mayor coordinación entre los servicios sociales, sanitario y educativos competentes para “prevenir y detectar estas situaciones”. Sobre esta situaciones de violencia que comprende una amplia casuística de situaciones tales como malos tratos, abuso sexual, castigos o la explotación, Jesús Maeztu ha recordado la “pobreza infantil, como una forma de violencia hacia las personas menores de edad por cuanto les impide su crecimiento personal en igualdad de condiciones”.
Entre otros asuntos destacados, el Defensor ha vuelto a apuntar en cuanto a la salud las carencias de especialistas en pediatría en atención primaria, que sigue siendo la demanda más acuciante en numerosas zonas rurales y urbanas, y las demoras en la atención temprana.
Sobre educación, el grueso sigue siento las quejas por la atención prestada al alumnado con necesidades educativas especiales, reclamando más Profesionales Técnicos de Integración Social o mejoras en sus horarios y jornadas para lograr la atención que requiere el alumnado ya que “la ausencia de esta ayuda condiciona -o cercena directamente- la simple presencia de un alumno en su colegio”.
En este año de 2024, la Defensoría de la Infancia y Adolescencia de Andalucía también ha querido detenerse en la importancia de los centros educativos para a prevención de las conductas suicidas como espacio para fomentar y desarrollar el bienestar emocional del niño o niña, por lo que el defensor ha valorado positivamente que el gobierno andaluz cuente con “un protocolo específico para la prevención del suicidio en el ámbito educativo” pero ha reclamado más recursos para la labor del Coordinador o Coordinadora de Bienestar y Protección y la Orientación Educativa, así como la coordinación con la familia y con los servicios especializados (Salud y, en su caso, Servicios Sociales).
Finamente, Jesús Maeztu ha querido destacar dentro de esta infancia más vulnerable, dos situaciones que le preocupan especialmente: la necesidad de reforzar la protección y garantía de los derechos de las personas menores de edad migrantes y no acompañadas; y las demoras en la valoración de las situaciones de discapacidad que padecen algunos niños y niñas.
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