Página 535 - Informe_Anual_2012

Versión de HTML Básico

6. LAS QUEJAS
533
En dicho informe se indicaba que a la vista de la nueva información aportada por
la Corporación Local se activaron los contactos con el Equipo de Tratamiento Familiar
a fin programar una intervención social en el medio que evitara, de ser ello posible,
una medida de separación del núcleo familiar.
Siendo complejo el abordaje de los trastornos conductuales que afectan a
menores de edad la posible solución se agrava si a dicho problema se une algún tipo
de drogodependencia o adicción. Así en la
queja 11/5844
se dirigía a nosotros el
padre de un adolescente, de 15 años de edad, con problemas de comportamiento
asociados al consumo de sustancias estupefacientes.
Relataba que su hijo no aceptaba su autoridad, no asumía reglas ni horarios,
se negaba a acudir al Instituto donde estaba matriculado (de donde había sido
expulsado en reiteradas ocasiones) y que también se negaba a acudir a terapia de
deshabituación en el programa “Proyecto Hombre”.
También nos decía el padre que su hijo tenía pendiente una causa en la Fiscalía
de Menores por un robo de vehículo a motor y al no saber donde acudir en solicitud
de ayuda se dirigió en queja ante el Defensor del Menor.
Tras interesarnos por la situación del menor desde la entonces Delegación
Provincial de la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social nos fue remitido
un informe que señalaba que la problemática padecida por el menor (trastorno del
comportamiento asociado al consumo de sustancias estupefacientes) correspondía
abordarla a los recursos sociales, educativos y sanitarios existentes en la zona. También
se señalaba que el ejercicio de la patria potestad por parte de los progenitores había
de considerarse diligente y proporcionada a las necesidades del menor, por lo cual no
resultaba procedente ninguna medida de protección en su favor.
Pudimos conocer el desenlace del expediente de responsabilidad penal de
menores, siendo así que el Juzgado acordó su ingreso en un centro para menores
infractores donde el menor empezó a recibir el tratamiento de deshabituación que
solicitaba su padre.
Por su parte en la
queja 12/1815
una madre nos ponía al corriente de la patología
dual (trastorno disocial unido al consumo de drogas) que padecía su hijo y se mostraba
disconforme con el tratamiento que venía recibiendo en la unidad de salud mental del
hospital, ya que no conseguía revertir su deterioro, el cual iba en aumento.
Nos decía que el menor en los últimos días incluso manifestaba su intención de
autolesionarse, y que su comportamiento en casa es absolutamente descontrolado.
En el hospital le indicaron que habían agotado todas sus posibilidades de
tratamiento y que la única solución que atisbaban para él era su posible ingreso en