Página 433 - Informe_Anual_2012

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6. LAS QUEJAS
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una solución satisfactoria a la problemática, decía EMVISESA, era imprescindible que
esta familia se involucrara y colaborara tanto con la propia EMVISESA como con los
Servicios Sociales. Por último, nos recordaban que, en cualquier caso, esta familia
tenía la posibilidad de solicitar el acceso a viviendas de promoción pública de segunda
adjudicación, gestionadas a través de los Servicios Sociales.
En vista de lo anterior, entendimos que había sido aceptada nuestra Sugerencia,
por lo que dimos por finalizada nuestra intervención en esta queja, procediendo a
su archivo.
En relación con temas urbanísticos y su repercusión en menores de edad
destacamos la
queja 12/1704
nos exponía que su Ayuntamiento no aceptaba
darle certificado de empadronamiento en una vivienda, por cuanto no puede aportar
licencia de primera ocupación. Nos informaba que dicha licencia no se otorga porque
la vivienda no se encuentra terminada y su entrega no estaba prevista hasta el tercer
trimestre de 2012. De esa forma, el problema que planteaba es que el próximo
curso escolar no podría escolarizar a sus hijas en un centro cercano a su futura
residencia al no poder adjuntar a la solicitud de escolarización dicho certificado de
empadronamiento.
Lo cierto es que, analizada la cuestión y a pesar de hacernos cuenta del problema
que afectaba a la familia del reclamante, no cabía advertir irregularidad alguna por
parte municipal, por cuanto ni cabe conceder licencia de primera ocupación a una
vivienda no concluida, ni dar un certificado de empadronamiento en ella por cuanto
es obvio que, por el momento, no constituía su domicilio habitual.
En la
queja 12/1704
y
queja 12/2080
los interesados nos exponían que
viven en una urbanización, perteneciente al término municipal de Alcalá de Guadaíra
(Sevilla), en la que hay una escandalosa y grave ausencia de instalaciones. El caso es
que no se habían ejecutado las dotaciones previstas en el planeamiento. En definitiva,
manifestaba que no hay parque alguno o espacio para que jueguen los niños, ni para
que den un paseo en bicicleta, y mucho menos en verano, donde no hay una sombra
en kilómetros a la redonda.
Añadían que
“mientras tanto, nuestros hijos siguen creciendo, sin un solo
columpio, y nos tenemos que trasladar en coche a algún sitio donde haya un mísero
tobogán, y en fin de semana, ya que parece que no tienen derecho a que vayan
andando y a diario. Pienso que mis hijos y los de todos mis vecinos tienen derecho
a un desarrollo básico e intelectual como los niños del resto de los españoles, con
algo de espacio verde y con instalaciones adecuadas para ellos donde puedan jugar
y esparcirse como cualquier ciudadano. Falta un parque infantil, un sitio donde jugar
al fútbol, patinar, correr... Tras tanta normativa europea y española al respecto, no
vemos el final de esta odisea
”.