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La situación de los enfermos mentales en Andalucía. Abril 2013
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similar gravedad a la de otros enfermos mentales, y vivir idénticas situaciones de
exclusión y desadaptación, con el agravante de que las alternativas terapéuticas
y sociales para los mismos resultan mucho más limitadas. Aludíamos entonces
al reconocimiento expreso realizado en el II Plan Integral para la Salud Mental
en Andalucía en relación con el trastorno de personalidad, de
“la dificultad para
su diagnóstico temprano, la respuesta frecuentemente insatisfactoria a los
tratamientos disponibles, y la carencia de propuestas claras sobre intervenciones
terapéuticas disciplinares”
, al mismo tiempo que señala el elevado nivel de
sufrimiento de los afectados y sus familias, y la falta de repercusión proporcional
de la altísima carga asistencial que conllevan en relación con la calidad de vida
que alcanzan.
Nos propusimos entonces demandar el desarrollo de las medidas
propuestas en el referido Plan, entre las que figuran la elaboración de un
subproceso sobre Trastorno de la Personalidad dentro del proceso asistencial
integrado de Trastorno Mental Grave, y requerimos a la Fundación Andaluza para
la Integración Social del Enfermo Mental el planteamiento de una ampliación
de su ámbito subjetivo de intervención hacia quienes, viniendo afectados por
un trastorno de la personalidad grave, pudieran resultar beneficiados de sus
recursos, incluido el programa residencial.
17. 2. 11. L
os
trastornos
de
la
conducta
alimentaria
En la medida en que muchos pacientes afectados por este tipo de
trastornos son menores de edad, la problemática de su asistencia participa de
las consideraciones que hemos realizado en el apartado anterior relativo a los
mismos. Sin embargo el tratamiento de estas enfermedades ha revestido siempre
características específicas, presentándose las quejas por dos motivaciones
fundamentales.
La primera de ellas, entre las que podríamos citar las
quejas 03/1682
y
03/2888
está relacionada con las dificultades que los reclamantes aprecian
para que sus hijos reciban la terapia psicológica que necesitan por parte del
Sistema Sanitario Público, con la periodicidad adecuada, por lo que habitualmente
recurren a psicólogos privados cuyo coste no pueden mantener indefinidamente.
En otro orden de cosas se ha planteado con reiteración la demanda
de unidades sanitarias específicas para la atención de estas patologías. Por
ejemplo en la
queja 98/862
la Asociación Adaner planteó con carácter general
la descoordinación y las deficiencias observadas en la asistencia sanitaria de