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Defensor del Pueblo Andaluz
de lo que se está haciendo. Y eso no puede ser cierto. Lo que las familias hemos
aprendido sobre este tipo de enfermedad ha sido gracias a nuestra propia intuición
y al mucho tiempo que venimos soportando la situación. Y así llegamos a uno de
los mayores problemas, al hecho de que su curación se deba resolver, casi por
completo, en casa.
Pero en casa tampoco tenemos medios para hacer frente a la violencia
y las perturbaciones que este tipo de enfermos muestran hacia los demás y hacia
ellos mismos. Hoy en día nuestro hermano vive con nuestros padres, de 77 y 71
años respectivamente; el primero ha sufrido varios infartos y la segunda padece
de hipertensión. Los tres viven en una prolongada situación de estrés y ansiedad
inimaginable, justo en el ambiente contrario a lo que sus médicos prescriben.
En absoluto estamos de acuerdo con el anterior estado de la Psiquiatría
española, en la que se recluían de manera carcelaria a deficientes mentales con
aquellos otros que presentaban trastornos mentales. Sin embargo, pensamos que
se eliminó aquello que no estaba bien, y no se ofreció ninguna alternativa.
Y esta es nuestra exigencia. Que se estudien otras propuestas y que
se apoyen de una manera más decisiva las tímidas experiencias que conocemos,
como los hogares de convivencia, o unidades psiquiátricas específicas, recursos a
los que en ningún momento ha sido derivado nuestro hermano, ni en su propio
interés ni como respiro de sus padres cuidadores.
Creemos estar hablando no sólo en nombre de nuestra familia, sino
también de muchas otras que sufren problemas muy similares y creemos que lo
que aquí solicitamos no es un acto de favor, sino de justicia (...)”.
17. 2. 2. L
a
escasez
de
dispositivos
,
las malas
condiciones
de
los
mismos
,
y
el
acceso
a
centro
adecuado
para
el
tratamiento
del
enfermo
.
17. 2. 2. 1.L
a
escasez de
los dispositivos que
conforman
el
sistema
para
la
atención
a
los
enfermos
mentales
desde
la
óptica
sanitaria
y
social
.
La denuncia sobre la falta de dispositivos no se limita a los primeros
tiempos posteriores a la implantación de la reforma psiquiátrica, aunque entonces
fueron más reiteradas, de forma que continuamos recibiendo quejas vinculadas
a este proceso, pero la cuestión se plantea de una manera más amplia, y las
reclamaciones se refieren a todo tipo de establecimientos asistenciales y sociales