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Defensor del Pueblo Andaluz
Con los datos recogidos en el cuadro nº 2, observamos que cada vez es
mayor el número de pacientes con diagnóstico psiquiátrico y que en estos centros
los profesionales trabajan para detectar patologías mentales, estableciendo el
diagnóstico de las mismas. Aspecto éste muy importante, pues hasta hace poco
tiempo no era algo que se estuviese realizando por falta de formación clínica en
esa área.
Ante la situación planteada y dada la enorme incidencia que estos
problemas tienen en la población consumidora de drogas en estos momentos y
de enfermos mentales, es necesario fijar algún tipo de respuestas o soluciones
a estas cuestiones por la gravedad de las mismas. Dichas propuestas deben
ser abordadas desde diversas perspectivas, dado que incide en los servicios
normalizados de tratamiento. Ello no esta siendo así en estos momentos en
Andalucía, debido, entre otras razones, a que los servicios de drogodependencias
han seguido una evolución ajena a los recursos de Salud Mental. Durante años
estos servicios se encontraban ubicados en Consejerías distintas, no obstante
desde 2011, ambos están en Salud y Bienestar Social, por lo que es de esperar
que ante el reconocimiento del problema y las posibilidades que pudieran existir
de integración en las actuaciones existentes, los obstáculos se vean reducidos.
Cuestión distinta sería el funcionamiento en los dispositivos de intervención, ya
que hemos detectado que en muchos casos existe una excelente coordinación,
mientras que en otros son mutuamente desconocidos.
12. 4. Las propuestas de las Administraciones al problema
Parece que hay un consenso generalizado en el que el modelo de
tratamiento integrado para la patología dual es el más eficaz y se sitúa como
el tratamiento de primera elección. Sin embargo, la existencia de dos redes
asistenciales diferenciadas obliga a un tratamiento en paralelo a partir de la
coordinación eficaz.
Ello llevó en el año 2002 a la realización de un Protocolo de actuación
conjunta de las unidades de Salud Mental y los Centros de Tratamiento Ambulatorio
de Drogodependencia, con el que se pretendía coordinar las actuaciones entre
ambos servicios con la intención de mejorar la atención a la población con ambos
trastornos. Las posibles bondades del documento no llegaron casi a percibirse,
pero sirvió para realizar un acercamiento entre ambos servicios.
En el año 2012 se presenta un segundo Protocolo de actuación conjunta
de las unidades de Salud Mental y los Centros de Tratamiento Ambulatorio de